CRÍTICO DE ARTE JESÚS MAZARIEGOS

martes, 1 de noviembre de 2011

Patricia Allende y Javier Esteban. LA FOTOGRAFÍA INTERROGADA

Crítica de arte La fotografía interrogada Patricia Allende y Javier Esteban. Fotografías. Galería Claustro. Segovia. Hasta el 28 de mayo. Jesús Mazariegos Para quienes crean que la fotografía es una imagen fiel de la realidad, la doble exposición de Patricia Allende (Madrid, 1954) y Javier Esteban (L’Alcora, Castellón, 1963) en la Galería Claustro es una buena ocasión para reflexionar sobre el concepto de lo real y las muy distintas maneras de convertirlo en imagen. Son dos propuestas distantes entre sí, hasta el punto de que su única coincidencia es la común utilización de la fotografía. Patricia Allende hace fotos al agua. El agua es, como el aire, un fluido incoloro y transparente hasta el punto de no poder distinguir si una botella está completamente llena o completamente vacía. Sin embargo el comportamiento del agua con la luz no tiene nada que ver con el del aire, especialmente en lo relativo a la refracción y a la reflexión. El agua puede actuar como lente y como espejo transparente y vibrante que deja ver la roca sobre la que corre y al mismo tiempo refleja el azul del cielo y las nubes. Isabel Allende ha encontrado el sitio exacto del arroyo serrano donde la corriente ofrece efectos caprichosos. Otras veces son fragmentos más grandes de la realidad en los que el agua modifica constantemente el medio que la acoge, dando lugar a formas suaves y seriadas, como ocurre en las vespertinas fotografías de marismas y playas en bajamar. La realidad tal cual, en el momento oportuno y desde el sitio preciso. Patricia Allende ha buscado y ha encontrado lo desconocido, lo que no esperaba. Javier Esteban, por el contrario, crea nuevas realidades que luego fotografía. Sobre siluetas humanas que difieren en las posturas, Javier Esteban ha acumulado soldaditos como Antoni Miralda o todo tipo de objetos, en la línea de Armán. En otras siluetas se ve crecer la hierba. En realidad, el espectador, nunca llega a ver la obra original y única, puesto que lo que se expone es una fotografía. Hay que decir que Javier Esteban sólo hace una copia de cada fotografía. Y yo me pregunto, ¿es posible que la obra en sí, ‘de su dueño tal vez olvidada’, repose en el ángulo oscuro del estudio del artista, mientras que lo que se aprecia y se valora es su imagen fotográfica? Nuestro objeto de atención es una obra de arte consistente en una fotografía de una obra de arte. ¿Tiene que ver su carácter artístico con el motivo fotografiado? ¿Quién es el autor del motivo de las fotos de Patricia Allende? ¿En qué medida importa el motivo? Una exposición para hacerse preguntas sobre la naturaleza de la imagen, sobre el arte y sobre la fotografía como arte.

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