CRÍTICO DE ARTE JESÚS MAZARIEGOS

domingo, 6 de noviembre de 2011

Juan Vivanco. ARTE Y NATURALEZA

CRÍTICA DE ARTE Arte y naturaleza Escultura. Juan Vivanco. Galería Montón de trigo, montón de paja. Segovia. Hasta el 3 de abril. JESÚS MAZARIEGOS Muchas personas, especialmente los niños, tienen una rara facilidad para descubrir formas animales o antropomorfas en las rocas, en las nubes o en las ramas de los árboles. El mismo Leonardo aconsejaba a sus discípulos que se fijaran en las manchas que la humedad y el tiempo habían ido dejando en los muros, asegurándoles que allí descubrirían dragones, batallas y otras infinitas cosas. Los bosques siempre fueron lugares encantados habitados por seres extraños que la literatura del siglo XX se ha encargado de aumentar y clasificar. Las ramas de los árboles eran para los románticos los nervios de las bóvedas del templo de la naturaleza, erigido en una especie de gótico vegetal. Esas mismas ramas han sido convertidas por una imaginación más visionaria en los brazos de los 'trolls', esos árboles con rostro tan presentes en la moderna literatura fantástica. Juan Vivanco ha observado las formas caprichosas de las ramas caídas, de los restos de la poda, de la leña, de las que aún están en el árbol o se ha dejado sorprender por esas otras ramas que, como fantasmas, salen a su encuentro entre las sombras del crepúsculo. Seguramente hay una hora propicia para descubrir a los dragones, a los genios, a los caballos alados, a las aves zancudas y a las mil quimeras que moran en nuestro interior y que, de repente, se encarnan en una rama. Es preciso convocarlas a la hora propicia. Juan Vivanco se ha encargado de rescatarlas de la naturaleza en la que se camuflaban e, incluso, las ha librado de las cortezas y adherencias sin violentar sus extrañas posturas ni sus extravagantes proporciones. Ignoro si Juan Vivanco conoce la obra de Longinos, pero sin duda tiene en ella un gran precedente.

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