CRÍTICO DE ARTE JESÚS MAZARIEGOS

jueves, 3 de noviembre de 2011

Rafael Baixeras. BAIXERAS HABLA DE CERCA

Rafael Baixeras Baixeras habla de cerca 09/04/00 Norte Sg 11 Que en las salas del Museo Esteban Vicente, Baixeras está dando cada día una lección solemne y magistral de pintura, haciendo oír su voz nítida y sonora, convertida en color, es algo que las revistas especializadas están reseñando con admiración y reconocimiento. Ahora y, hasta el 9 de mayo, en La Casa del Siglo XV, donde tantas exposiciones vio y realizó, también nos habla, pero de forma más coloquial, más distendidamente, en pequeños formatos y en papel, de cerca. Que Rafael Baixeras inaugure de nuevo en el Siglo XV, por donde ya iba y venía en su adolescencia, constituye un oportuno homenaje y produce algo así como una intensificación de su ausencia. Es como si el tiempo retrocediera a los días del homopatociclo. En la inauguración, alguno de sus amigos se ha sorprendido a sí mismo buscándole entre la gente. Todos han sentido la paradoja de su presencia desde la machacona evidencia de una ausencia de silencio y de hielo. Yo lo he visto en cada uno de los lugares donde existe una foto suya. Uno siente que lo que ya hace diez años que no tiene vuelta de hoja, se hace todavía un poco más cierto, más intenso y definitivo. Y como lo pequeño y lo cercano se perciben con más claridad, la emoción acecha desde cada rincón de la sala. Ésta sería para él una exposición más, con todas las inquietudes, nerviosismos e ilusiones. A sus incondicionales nos revive mil emocionados recuerdos, mientras que las de los flamantes museos que no reconoció en vida, nos aportan también una buena dosis de sano orgullo. Nadie dudaría que a Baixeras le llenaran igualmente de satisfacción. Aunque, si partimos de que lo rico y lo complejo se mueven en el terreno de las contradicciones, y el pensamiento de Baixeras era rico, complejo y contradictorio, yo no lo tengo tan claro. Hay sobre mi mesa un papel que justifica mi duda. Es un papel arrugado en el que hay escrito un pequeño canto a la marginación y al anonimato. Sin olvidar que al otro extremo de la contradicción estaba la irrefrenable aspiración al éxito y dejando en la duda si no es, en realidad, una carta a sí mismo, puede entenderse como una afirmación positiva de la condición del perdedor. Es posible que ahora nos expliquemos por qué no cuidaba en absoluto el marketing del pintor. Es posible que ahora comprendamos que todo está en su sitio. Dice así: “A los pintores jóvenes. Existe un mundo sin Calvos Serralleres. Dicen que es un mundo utópico, perdido. No te preocupes. Serénate, huye de la ansiedad. La polaridad siempre estará a tu favor. Julio Iglesias magnifica a Beethoven. Pierde; eres el polo opuesto del vencedor; él te necesita. El que pierde, gana”. Todo está en orden. Baixeras es un pintor joven y tiene algo de James Dean y de Jackson Pollock. A veces hay que morir para triunfar totalmente. La exposición de La Casa del Siglo XV nos acerca más a Rafa, al hombre de puertas adentro, al pintor que pinta para sí mismo. Es una exposición imprescindible. ¡Ah!, y decídase usted. O Julio Iglesias o Beethoven. En pintura también hay que decidirse.

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