CRÍTICO DE ARTE JESÚS MAZARIEGOS

jueves, 3 de noviembre de 2011

Esteban Vicente. SUPERFICIE Y COLOR

Esteban Vicente Superficie y color 05/07/98 Norte Sg p10 4 En La Casa del Siglo XV hay varios rectángulos colgados de la pared. Unos están dispuestos de forma horizon¬tal y otros verticalmente. Creo que todos ellos tienen un listón de madera a modo de marco y un cristal protec¬tor. El soporte físico de estos planos rectangulares es el papel; algunos tienen papeles pegados sobre el que sirve de fondo y se llaman collages. Todos los rectángulos poseen finísimas capas de color que son el resultado de haber deslizado una barra de pigmento compac¬tado sobre su superficie o de aplicar un líquido coloreado más o menos denso. En algunos casos estas capas no acaban de cubrir totalmen¬te el fondo. También hay zonas negras tan estrechas y alargadas que parecen tener una sola dimensión; son las líneas que delimitan de forma incierta las masas de color. Tanto las zonas coloreadas como las líneas, en función de la cantidad de pigmento que poseen, son más o menos inten¬sas, dejando ver, en ocasiones, el color del fondo limpio o manchado de forma casi impercep¬tible. Hay algunas partes en las que el pigmento seco sólo ha quedado adherido a los resal¬tes más abultados de la textura del papel, dando lugar a formas leves, medios tonos y suaves matices. Como los colores son diversos y no están repartidos de modo aleatorio sino concienzu¬damente, crean determinadas formas que son como las palabras de un idioma del que no acabamos de distinguir los detalles de su conversación pero al que entende¬mos per¬fectamente su tono amable y tranquilo pen¬sando que, posible¬mente, sus palabras no se refieran a nada sino que hablen de sí mismas. Estas "palabras plásticas" que observamos en la superfi¬cie de los distintos rectángulos y que, siendo siempre distintas, guardan ciertas semejanzas mutuas, tanto en las formas como en el uso del color, permiten reconocer con claridad el lenguaje propio del gran artista de Turégano, residente en Nueva York, Esteban Vicente. Como señas de identidad de este lenguaje predominan las figuras rectangu¬lares y poligonales pero de aspecto nada geométrico y dispues¬tas de tal modo que huyen de las grandes tensiones en la misma medida en que lo hacen de la simetría y del equilibrio absolu¬tos. La mancha domina sobre la línea por lo que los límites son más bien indeterminados y existe un cierto predominio de lo difuso sobre lo concreto. Superficie coloreada. Eso es la pintura, ni más ni menos. Una superficie generalmente plana y cubierta de colores dis¬tri¬buidos en un determinado orden. Y la pintura de Esteban Vicen¬te quiere ser sólo eso, superficie y color. Y si lo característico de la pintura es la existencia de colores sobre un plano, puede pensarse, con Clement Greenberg, que en la medida en que la pintura sea eso, sólo eso y nada más que eso, será más verdadera y más pintura. Así pues, la pintura no tiene por qué crear ilusiones de profundidad ni representar las cosas de la realidad intentando confundir a quien la mira, sino presen¬tarse a sí misma como una nueva realidad. El espectador que se sitúa físicamente delante de estas pinturas, el que se mueve en el justo espacio de la pequeña sala, recibe en su retina la imagen de su materialidad física y formal. Transmitido ese reflejo a su cerebro, no tiene por qué sugerir nada ni por qué expresar sentimientos ni estados de ánimo, aunque sí puede provocarlos, sin duda benéficos. Benefíciese.

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