CRÍTICO DE ARTE JESÚS MAZARIEGOS

sábado, 5 de noviembre de 2011

Raúl Bravo. BRAVO DOBLETE

CRÍTICA DE ARTE Bravo doblete Raúl Bravo. Pintura. Galería Montón de Trigo, Montón de Paja (hasta el 5 de enero de 2004) y Centro cultural San José (hasta el 27 de diciembre. JESÚS MAZARIEGOS Raúl Bravo es un pintor expresionista e impulsivo que atraviesa etapas con la misma velocidad que va acumulando experiencias, superando pruebas y creciendo en la pintura. La línea resultante de su experiencia del último año, podría resumirse en la comparación entre la muestra que presenta en el Centro Cultural San José y la obra última que inaugura la nueva sede de la tienda-galería Montón de Trigo, Montón de Paja. Desde aquí aplaudo la iniciativa municipal de apoyo a la pintura joven y deseo un brillante futuro a Montón de Trigo en su nueva ubicación. En el primer caso hay tres grupos de obras fácilmente diferenciables. El primero lo forman cuadros cuyo motivo único es un radiador de especiales características: está algo humanizado, puesto que posee pies; además, a pesar de tener formato de placa solar, despiden un penacho de humo que bien pudiera ser la expresión visible del calor, penacho en el que Raúl, aficionado a los efectos texturales y a añadir materiales y objetos al cuadro, expresa de forma tridimensional con una nube de alambre. Estos radiadores, siempre a nivel del suelo, son los ‘personajes’ más cercanos del niño que gatea o da sus primeros pasos. Representan las referencias de confort y también de la sensualidad que el calor permite y que se prolongaba en las piernas femeninas que habitaban los mismos niveles, y en el misterio de lo que las cimbreantes faldas escondían. El segundo grupo de obras representa visiones submarinas, tal vez una metáfora del sueño, ya que, en medio de los pequeños monstruos que crea la imaginación, se detecta la sombra de la figura humana, incapaz de habitar los dominios abisales. Aparte de algún amenazante monstruo marino, se repiten los elementos más o menos viscosos como los que se asocian con anguilas o una especie de holoturias. El retrato es el protagonista del tercer grupo, un retrato psicológico, unas veces agitado y otras abatido. Al margen del interés de las texturas y de los collages, lo más notable son las deformaciones que el pintor introduce para obtener resultados de abatimiento, de incertidum-bre o de pánico. La obra nueva presentada en Montón de Trigo, representa como un momento de relax propiciado por la mirada hacia la naturaleza. Los temas vegetales son los protagonistas y están tratados de muy diversas formas, dentro del hacer sumario y resolutivo de Raúl Bravo, sin eliminar totalmente las concesiones a los rotos y a los cosidos, a mi juicio inocuos, no perjudiciales, pero tampoco necesarios y más propios de otro tipo de planteamientos. Se me antojan algo así como si Manolo Millares hubiera pintado flores sobre sus arpilleras. No obstante, los contrastes y la mezcla de sabores tienen sus adeptos y no dejan de poseer el encanto de los recuerdos, aunque no estoy seguro de que pronto vayan a convertirse en huellas del pasado.

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