CRÍTICO DE ARTE JESÚS MAZARIEGOS

sábado, 29 de octubre de 2011

Pedro Canabal. PINTURA Y ENERGÍA

CRÍTICA DE ARTE Pintura y energía Pedro Canabal. Horizonte fragmentado. Pintura. Casa de los Picos. Segovia. Hasta el 29 de febrero. JESÚS MAZARIEGOS Hace algo más de nueve años que Pedro Canabal ganó el extinto Premio de Pintura Ciudad de Segovia, que daba derecho a habitar el torreón de la Puerta de Santiago durante un año y a una exposición en la Alhóndiga con catálogo y todo. Fue entonces cuando conocí a Pedro, al escribir uno de los textos del pequeño catálogo. Recuerdo que la primera vez que vi su obra extendida por el suelo del piso alto de torreón de la muralla, en una noche helada de diciembre, me costó asimilarla a la primera, pero interpreté positivamente aquella especie de resistencia inicial, porque pensé que la obra de un artista joven debe de chirriar algo o mucho y no puede acomodarse en el cerebro como en un hueco hecho a su medida. Ahora todos tenemos una década más encima, la pintura de Canabal ha evolucionado y mi percepción de las cosas he de suponer que tampoco es la misma. Al ver ahora su exposición de la Casa de los Picos, veo que su estancia en Barcelona si le ha influido en algo, no es en cosa que se perciba de golpe. Ha conservado, sin embargo, la esencia de lo que entonces era su pintura y no le importa mostrar en un par de cuadros, su reconocimiento a la obra de Luis Moro. Pero ¿cuál es esa esencia que digo que ha conservado? Pues, sin duda, la energía del trazo y su buena convivencia con la mancha. Hoy, los resultados de esa convivencia los percibo como más cuajados; en algunos casos, incluso, como armónicos, gracias al recurso de compartimentar el cuadro con bandas horizontales y verticales, sujetando, con esta especie de rejilla geométrica, el agitado magma informalista. Algunos cuadros muestran inequívocas huellas de intervención fuerte y violenta. En general, toda la obra de Canabal desprende una gran energía, excepto algunos cuadros pequeños, y no a causa de su tamaño. Otro recurso incorporado es el que inventara en los años 80 el americano David Salle, que consiste en introducir en el cuadro otros cuadros o fotos pintadas, que desde entonces, no hay pintor que no lo haya hecho alguna vez. Canabal, sin embargo, no muestra los pequeños cuadros enteros ni de frente, sino que los hunde en la selva pintada de la superficie del cuadro. Esta pintura enérgica funciona mejor en los grandes y medianos formatos que en los pequeños, al tiempo que el tratamiento de la figura humana tiene sus limitaciones, pues no encaja las deformaciones que el gestualismo impone, del mismo modo que lo hacen el mundo vegetal y mineral. Pedro Canabal es un pintor valiente que se ha lanzado de cabeza a la vida de pintor, creyendo en lo que hace sin apuntarse a lo último que se lleva. Y es que Pedro es fiel a su formación, a su manera de hacer y a sus tripas, que es de donde le sale la pintura, sin hacer de ellas corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario