CRÍTICO DE ARTE JESÚS MAZARIEGOS

lunes, 31 de octubre de 2011

Tom Gomes. LA RESISTENCIA DEL INFORMALISMO

CRÍTICA DE ARTE La resistencia del informalismo Tom Gomes. Pintura. Galería Claustro. Segovia. Hasta el 28 de septiembre. JESÚS MAZARIEGOS Los cambios que, a todos los niveles experimentan las personas de un día para otro, son tan pequeños e imperceptibles que no existe un momento concreto en el que se pueda decir: hasta aquí eras un niño y ahora eres un adolescente, o hasta hace un instante eras un hombre madurito y ahora eres un auténtico vejestorio. Lo mismo ocurre con las corrientes artísticas, de modo que no hay un día concreto en el que se termine el manierismo y empiece el barroco. Al mismo tiempo, hay tendencias artísticas que, de alguna forma, perviven mucho después de que hayan sido ampliamente superadas. Pero lo cierto es que llega un día en el que alguien se ha convertido en un viejo sin que quepa la más mínima duda y llega el momento en que una tendencia artística ha sido claramente desplazada por otra. Del mismo modo que sigue habiendo pintores que hacen cuadros impresionistas, prolongando de alguna manera la vigencia de esta tendencia pictórica, la abstracción informalista pervive en la actualidad pero en una medida mucho mayor. El expresionismo abstracto americano y el informalis-mo europeo, que florecieron en los años cuarenta y cincuenta, no fueron barridos totalmente por la irrupción del Pop, en torno a 1960, ni por la generalizada vuelta a la figuración, cuya expresión más palpable fue la corriente hiperrealista, sino que ha sobrevivido hasta nuestros días, evolucionando, en mayor o menor medida, hacia nuevas formas de abstracción. Volviendo a la lentitud evolutiva de las cosas y a la dificultad para llegar a decir, de algo que era nuevo: ‘esto ya es viejo’ ¿quién no ha experimentado la dolorosa experiencia de tener que abandonar la creencia de que tenía un coche nuevo, el día que pasó la primera ITV? Igualmente, debe haber un momento para cambiar el chip y enterarse de que la abstracción al uso ni es moderna ni es rara. Raro es lo que escasea; por lo tanto es mucho menos rara que el impresionismo. Y yo me pregunto: ¿Por qué los jóvenes siguen diciendo que los cuadros abstractos son raros, si han crecido con ellos? Todo esta reflexión puede ayudar a comprender la pertinencia de la exposición de Tom Gomes (Nueva York, 1954) en la galería Claustro. No cabe duda de que sus obras están hechas de pulsiones auténticas, echando en cada cuadro toda la emoción de esa aventura, de ese milagro y de esa tragedia llamada existencia. Es posible que las mejores obras de la exposición sean las más incómodas y chirriantes, muy distintas de las que se muestran como más fácilmente asimilables, debido a que llevan sobre sí el sólido sustrato del informalismo europeo, dejándose ver claramente la admiración por Wols y por Mathieu, entre otros. En algunas obras de cierta referencialidad vegetal es donde Gomes muestra su lado más auténtico y primitivo Esta exposición es un buen ejemplo de cómo no es necesario estar pendiente de la moda para hacer una pintura honesta, auténtica hasta la visceralidad y, desde luego, creíble.

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