CRÍTICO DE ARTE JESÚS MAZARIEGOS

miércoles, 26 de octubre de 2011

Jose Luis López Saura. ¡QUE VIENEN LOS INDIOS!


Crítica de arte

¡Que vienen los indios!

José Luis Saura. Pintura. Bar Santana, Segovia. Hasta el 15 de Octubre.




          Al pasar por la puerta del Bar Santana, hace días que vi de refilón unos cuadros con indios y la cosa me pareció un poco fuerte; la presencia de esas imágenes potentes e inusuales me pareció chocante y extraña, me recordaron las carteleras de cine de mi infancia. Me di cuenta de que ya no hay películas de indios, de que casi siempre eran los malos de la película, de que los indios de verdad han sido los grandes perdedores de la historia de Norteamérica y de eso hace muy pocos años.
          De modo que empecé a pensar que los indios estaban ahí con todo derecho y que era mi memoria la que les había abandonado. Corriendo los tiempos que corren, recordar el genocidio del indio americano y la desaparición de su cultura, me hace pensar en que la inmoralidad del hombre blanco sigue intacta; en todo caso más repugnante porque ahora se reviste cínicamente de ayuda y de liberación.
          Esos indios que miran cómo tomamos una cerveza, son como una denuncia a Occidente, al capitalismo salvaje y ciego que está cavando su propia tumba destruyendo el planeta. Una de las pocas cosas serias y coherentes que he leído del mundo del ecologismo es esa famosa y sabia carta sobre la conservación, de la que no recuerdo los datos pero sí la validez que hoy tiene. ¿La habrá leído Bush? ¿Sabrá que existe? ¿Sabrá algo de los indios? Mejor que no, por el bien de los que quedan.
          Estoy seguro de que José Luis Saura (Madrid, 1956) no pinta indios porque sí. Él, como tantos, debió captar la injusticia de las películas del Séptimo de Caballería, donde no quedaba muy convencido de que los que ganaban fueran los buenos, y se interesó por los de verdad, tan cercanos aún, que existen fotografías de varios de sus jefes.
          José Luis Saura, muestra con la inmediatez del fotorrealismo, también llamado hiperrealismo –movimiento que nació en las grandes carteleras de cine- los retratos del jefe cheyenne Dos Lunas y del jefe sioux Nube Roja. Toro Negro aparece de perfil, hermanado con el cielo, igual que el guerrero comanche se hermana con el paisaje que está a punto de dejar de pertenecerle. Logrados son los efectos de luz del perfil del indio Chipewa, como la escala de grises de la india arikara, como los colores del guerrero crown a caballo.
          A veces, cuando lo que se hace no es abundar en lo obvio ni insistir en lo evidente ni clavar siempre el mismo clavo, puede parecer que está uno fuera de órbita, fuera de la moda, fuera de lo políticamente correcto. José Luis Saura no está marcando los futuros caminos del arte, pero, en su intempestividad está su oportunidad y su gracia. Su pintura es un aldabonazo a la conciencia, para quien quiera entender.

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