Crítica de arte
Educación
para la ciudadanía
Eduardo
Rubio. Nosotros. Fotografía.
Casa de Los Picos. Segovia. Hasta el 30 de marzo.
Jesús Mazariegos
Dicen que viajar cura muchas cosas, especialmente la cerrazón, el
egoísmo, el provincianismo, la intolerancia, la insolidaridad. Eduardo Rubio,
barcelonés, es el autor de las fotografías de esta exposición y dice que,
después de lo que lleva visto, sólo trata de ser consecuente con sus principios
y luchar a favor de los más débiles. No se tiene por artista; para él su cámara
sólo es la herramienta que le permite acercarnos su experiencia.
En este caso, la
experiencia está en la exposición pero también en un libro-catálogo magníficamente
presentado, con un texto y los pies de foto del propio Eduardo Rubio, y otros
textos de Eduardo Galeano, Ignasi Carreras y Krishnamurti. Es un libro que
merece la pena adquirir, para tener cerca el ejercicio de observación de este
periodista comprometido y refrescar de cuando en cuando nuestra propia memoria.
Los pies de foto no se limitan a explicar la imagen sino que la sitúan en su
contexto y aportan datos y cifras sobre la realidad que reflejan.
Muchas de las fotos
están ordenadas de manera que surjan las asociaciones de ideas, por afinidad o
por contraste, presentando las distintas realidades del primer y del tercer
mundo, provocando la reflexión sobre todos los aspectos imaginables, sobre las
grandes paradojas del mundo actual, presentadas de forma incontrovertible.
Esta exposición y el
libro que la recoge son un perfecto manual de educación para la ciudadanía
porque denuncia la intolerancia y la injusticia, los males de la pobreza y de
la incultura, los efectos demoledores del neoliberalismo y los no menos dañinos
de los dogmatismos religiosos, generadores de fanatismo y violencia, de guerras
y de muerte, como podemos comprobar cada día en los telediarios. Dice Eduardo
Rubio: “Nosotros deberíamos ser todos, pero tengo la impresión de que no es
así”.
Interesantísima
exposición que sólo presenta la realidad, pero de una manera tan palmaria, que
se convierte en denuncia, denuncia de las tradiciones no respetables, del
militarismo y del clericalismo, generadores de dogmatismo, fanatismo e
intolerancia. Sí, ya sé que me estoy repitiendo. Mil veces debería repetirlo.
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