CRÍTICO DE ARTE JESÚS MAZARIEGOS

lunes, 31 de octubre de 2011

Patricia Azcárate. PINTURA Y EMOCIÓN

CRÍTICA DE ARTE
Pintura y emoción Paraísos del pensamiento. Patricia H. Azcárate. Pintura. Galería Claustro. Segovia. Hasta el 28 de junio. JESÚS MAZARIEGOS Dice el diccionario que la emoción es un estado de ánimo producido por impresiones de los sentidos, ideas o recuerdos que, con frecuencia se traduce en gestos, actitudes u otras formas de expresión. Es decir, que hay ciertos factores que, desde dentro o desde fuera, son capaces de provocarnos un estado de especial sensibilidad que puede desembocar en la pasión amorosa, en el llanto o en el arte. Sin emoción no es posible el arte. La emoción permite, mediante los gestos de la persona que pinta, convertir en expresión plástica y visual aquello que su observación del mundo o sus recuerdos le han provocado. La pintura puede ser, además, apasionada, entendiendo la pasión como un vehemente deseo de entrega y posesión, de entrega a la pintura para rendirse a ella y al mismo tiempo para dominarla y poseerla, en un doble juego de abandono propio y de dominio sobre los materiales, las formas y los colores. Para pintar apasionadamente, hay que vivir apasionadamente. No digo que haya que vivir amores imposibles ni caminar de noche al borde de los acantilados, ni cortarse las venas cada mañana, ni desparramar la sensualidad hasta perturbar el equilibrio del entorno. Pintar con pasión es volcarse en cuerpo y alma sobre el lienzo y mover la pintura como si en ello te fuera la vida, como si fuera la última vez. Patricia Azcárate, en su última exposición madrileña, en octubre de 2004, ya apuntaba hacia una pintura más violenta y tormentosa. Refiriéndome al último cuadro pintado para aquella muestra, escribí entonces: “la superficie considerada como fondo, se ondula y se agita dramáticamente, haciendo emerger una gran fuerza, que provoca líneas de tensión y de repliegue, así como nudos u oquedades bajo los cuales parecen presionar las fuerzas telúricas”. En aquel cuadro estaban las claves de la actual pintura de Patricia, una pintura de gestos amplios y superficies ondulantes que, como una densa marea, van cubriendo los vestigios filamentosos que, como los viejos recuerdos, se resisten a ser borrados, a desaparecer. Esos trazos gestuales hechos sobre la pintura blanda han ido convirtiéndose en grafismos con la fuerza de los trazos de Hartung. Patricia domina el manejo de las distintas capas de pintura, secas, mordientes o tiernas, y les saca un gran partido creando planos a partir de la superposición y del ataque selectivo a cada capa de pintura. De este modo, siendo su pintura completamente abstracta, siempre posee espacio, un espacio no basado en líneas de fondo sino en cambios cromáticos y lumínicos, un espacio cuya ambigüedad no le resta eficacia y sí le aporta misterio. Con esta exposición Patricia Azcarate apuesta por una pintura de una mayor complejidad y riesgo, una pintura mas expresionista y romántica que viene a ser como un apasionado relato de sus emociones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario