Crítica de arte
Marijuana et alt.
Rosa Blanco, Antonio Tanarro y Antonio de Torre. Fotografías
publicadas en El Norte de Castilla en el año 2007. Casa de los Picos. Segovia.
Hasta
Jesús Mazariegos
No hago otra cosa que pensar en ella y en ellos. Por agradar
y para que se sepa, me pongo cada día al ordenador y repaso el catálogo y doy vueltas
a las fotos en mi cabeza y las recuerdo una por una y pienso que son muy buenas
fotos. Y no se me ocurre nada.
He tratado
de buscar un estilo, alguna constante que caracterice a cada uno de los tres
fotógrafos de El Note de Castilla, pero cuando parece que tal cosa empieza a
perfilarse, surge la excepción que, en este caso, no confirma sino que invalida
la regla. He barajado la posibilidad de
agrupar las fotos según ilustren buenas o malas noticias, pero sólo pensar que
pudieran ganar las malas, me desanima de intentarlo. También he pensado en
otros criterios de clasificación, pero, al fin y al cabo, la exposición ya
sigue un determinado orden temático de lo más lógico.
Si se trata
de ver, a partir del catálogo, qué es lo que más aparece y qué menos, ganan los políticos seguidos muy de cerca por
la música y, a más distancia, por los eventos culturales, lo relacionado con
infraestructuras y obras, los deportes y los acontecimientos multitudinarios.
Otra forma
de acercamiento sería ver quiénes han tenido el privilegio de haber merecido
una foto unipersonal, con todos los condicionantes que así lo determinan. Los
afortunados son: Ángel Nieto, Ariel Rot, Bjork, Carlinhos Brown, Juan Vicente
Herrera, Elliot Murphy, Alasca, Jesús Sastre, el que fue párroco de San Millán
y es San Frutos redivivo, José Mercé, Juana Borrego (la única con un primer
plano, con una graciosa gorra que juega con su nombre y el de la famosa hierba),
Penélope Cruz, Ángel Corella, Raphael, Fernando Verdasco, Javier Santamaría.
Como puede verse, gana la música. También posa en solitario la anónima y temeraria ciudadana subida a una
talanquera en los encierros de Cuéllar, en una foto de Rosa Blanco que da qué
pensar. Y anónimo y acéfalo es el acordeonista que toca en la Calle Real.
Realmente
es interesante observar la expresión del rostro o los gestos del cuerpo en ese
instante de cada vida que los fotógrafos han congelado para nosotros. Mi
imaginación vuela mucho más ante la foto de Rosa Blanco en el baile callejero
de Cabezuela y me maravillo viendo las expresiones de niños y adultos ante las
increíbles evoluciones del tentempié humano de Titirimundi, en la foto de
Antonio Tanarro.
Aunque, como
es habitual en la propia sociedad, lo relacionado con el arte es minoritario,
lo compensa la potencia de la foto de Antonio de Torre en la que aparece el
pintor fotorrealista, que no crítico, norteamericano y gran renovador del retrato,
Chuck Close y, en segundo término, Harriet, la viuda de Esteban Vicente. El
rostro de ella revela cansancio y tristeza. Murió poco después. Él, sentado en
una silla de ruedas por la paraplejia que sufre desde 1988, observa una obra de
arte con una expresión en la que el interés trata de sobreponerse a la fatiga reflejada
en su boca abierta. Y yo me pregunto: Si ellos, ancianos, representan el arte
moderno, ¿dónde estamos nosotros? ¿hasta dónde llega nuestro retraso?.
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