La flamante embajadora de Segovia en 2016, o de 2016 en
Segovia, la consolidada artista de la fotografía, la musa de la Movida Madrileña de los tiempos
de Tierno, la diosa de tantos devotos entregados y rendidos, Bárbara Allende
Gil de Biedma, más conocida como Ouka Leele, en cierta ocasión, cuando aún no
se había previsto ni uno sólo de las cosas recién acontecidas bajo la Luna Llena ,
premonitoriamente, escribió lo siguiente:
"Cada vez que la luna vuelve a
sonreírme, después de haberse escondido, la vida vuelve a surgir en mis venas.
A veces me parece una uña que me he cortado y ha salido volando hasta el cielo.
Paro la mayoría, cuando está empezando a crecer, una sonrisa dulce y alguna estrella cercana, un lunar que
la adorna".
Ouka Leele se refería a la Luna en cuarto creciente,
sonriendo hasta transmitir su sonrisa al ser humano del planeta al que corteja,
hasta convertirse ella en la gran luminaria nocturna, en el gran disco blanco
que hace parir a las embarazadas y rompe las encías de los niños para asomen
sus dientes, como azahares recién florecidos.
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